el azul profundo de tus lagos,
mientras que en lo alto del
Mombacho los halagos
estrellantes salen de mi corazón.
Eres la llama viva de mi corazón,
la cascada diva del cañón.
Eres la rosa convertida en sol.
Oh, Nicaragua, eres mi patria!
plataforma encendida de mi corazón,
cálida despedida de un amor;
sutil brisa que nos envía en señor Dios.
Nicaragua, mi patria, mi única ilusión,
el suave cantor de un ruiseñor.
Nicaragua, mi patria lo eres todo para mí,
pero no tienes idea
cuanto te amo yo a ti.
María José López Reyes
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